domingo, 29 de abril de 2018

Un astrónomo aficionado graba tres objetos voladores no identificados cerca de la Luna







Entre las teorías respecto a la naturaleza de estos objetos se barajan globos de helio, meteoritos o basura espacial.

Un astrónomo aficionado accidentalmente grabó tres objetos voladores no identificados que cruzaron delante de la Luna. El video fue publicado en el canal Don't Stop Motion en YouTube.

Los extraños objetos, de forma oval, aparecen en el minuto 01:18 de la grabación y pasan todos juntos a la misma velocidad y desaparecen rápidamente.

El autor del video sugiere que podía tratarse de unos globos de helio, admitiendo que su teoría no puede ser confirmada. Algunos usuarios en los comentarios del video están de acuerdo con el autor, otros discuten esta hipótesis al indicar que los objetos se mueven "demasiado rápido para ser globos, con la misma velocidad y en la misma dirección".

Otros sugirieron que el video captó meteoritos o "simplemente basura espacial".

sábado, 28 de abril de 2018

¿Hay rastros de vida en los meteoritos? Los científicos rusos responden




Actualmente, los científicos rusos del Departamento de Astrobiología del Instituto Central de Investigaciones Nucleares están buscando pruebas de vida extraterrestre mediante el estudio de muestras de meteoritos que han caído en la Tierra.

La periodista de Sputnik Tatiana Pichúgina conversó con el académico ruso y jefe del Departamento de Astrobiología del Instituto Central de Investigaciones Nucleares, Alexéi Rosanov.



Rosanov se convirtió hace casi 20 años en el pionero de la paleontología bacterial. Lo hizo inspirado por el trabajo realizado por su colega estadounidense de la NASA David McKay y publicado en 1996. McKay supuso que el meteorito ALH84001 contenía estructuras parecidas a los microorganismos.

Este meteorito cayó en la Antártida aproximadamente hace 13.000 años y se mantuvo sepultado hasta 1984. Su contenido isotópico apunta a su origen marciano. Tras investigarlo por medio de un microscopio electrónico, los científicos descubrieron dentro un objeto parecido a una bacteria.

No obstante, no podían afirmar con certeza que se trataba del fósil de una bacteria orgánica debido al tamaño que tenía este cuerpo: varias decenas de nanómetros, menor que el núcleo de cualquier célula.



Hoy en día, los científicos rusos del Instituto Central de Investigaciones Nucleares están estudiando al meteorito Orgueil, que cayó en el sur de Francia el 14 de mayo de 1864. Rosanov decidió estudiar las muestras de Orgueil utilizando un novedoso microscopio electrónico. El científico ruso descubrió en estas muestras formaciones que se asemejan por su forma a las cianobacterias.

"Hay mucha agua en los poros de Orgueil, es un factor clave para los microorganismos", explicó a la periodista el científico británico del centro de astrobiología de la Universidad de Buckingham y coautor del estudio, Richard Guver.



Según Guver, los microorganismos pudieron conservarse en Orgueil ya que formaban parte del núcleo de un cometa protegido por una sólida capa exterior. Tras viajar en el espacio durante millones o incluso miles de millones de años, el meteorito se acercó al Sol, se calentó y acabó explotando. Uno de sus fragmentos cayó en la Tierra.

Por su parte, Dmitri Badiukov, jefe del laboratorio del Instituto de Geoquímica y Química Analítica de la Academia de Ciencias de Rusia, señaló que la discusión alrededor de la presencia de rastros de microorganismos en los meteoritos de los años 60 del siglo pasado se debía a la imperfección de los equipos que existían en aquella época.

Sin embargo y de acuerdo con el científico, una fuerte radiación galáctica 'bombardea' los meteoritos en el espacio. Ningún tipo de materia orgánica es capaz de sobrevivir a sus efectos.



"El plástico tras pasar varios años en la órbita se convierte en polvo. La esperanza de vida media de un meteorito en el espacio alcanza entre los 10 y 15 millones de años o más. Tenemos una gran experiencia, suficiente para poder notar algo extraño en el contenido de los meteoritos. Estoy seguro que en el 99,9% no hay rastros de microorganismos en estos objetos celestes", enfatizó el científico.

miércoles, 25 de abril de 2018

¿No es nuestra casa la Tierra? Presentan la verdadera 'cuna' de la raza humana





Los expertos sugieren que no fue en la Tierra donde se originó la raza humana. Según una controvertida teoría, las bacterias que dieron inicio a la vida aparecieron en un lugar lejano del espacio y llegaron a la Tierra gracias al polvo cósmico, asteroides y meteoritos.

En el año 1998 los investigadores se mostraron perplejos al descubrir dos meteoritos antiguos que podían transportar componentes químicos asociados con el surgimiento de la vida.


Confirmado: los meteoritos pueden transportar elementos cruciales para la vida

Esto permite que algunos estudiosos supongan que la vida puede haber aparecido y penetrado a la Tierra como si fuera una 'infección interestelar'.

Así, el experto en evolución Ellis Silver tiene su visión extraordinaria de la aparición de los humanos en la Tierra. Según él, fueron los extraterrestres los que llevaron la vida a la Tierra hace decenas de miles de años.

El científico está seguro de que los humanos no eran capaces en absoluto de habitar el planeta por su propia cuenta, según cita Daily Star.

"Los humanos son supuestamente la especie más desarrollada de la Tierra, no obstante, están extremadamente mal adaptados al medioambiente terrestre: les puede perjudicar la luz solar y muchos alimentos de origen natural, están absurdamente expuestos a enfermedades crónicas", explicó.

Entre las pruebas de que los humanos no estemos bien adaptados al planeta, el científico destacó el complicado proceso del parto.



Además, el investigador explicó que los problemas de espalda surgen debido al hecho de que la vida se originó en un lugar con una menor gravitación.

Silver admitió que es poco probable encontrar a una persona saludable cien por cien y agregó que la Tierra conviene a los humanos solamente de una forma aproximada y podría ser simplemente una "cárcel galáctica".

"La Tierra podría ser una planeta prisión, ya que parecemos ser una especie violenta que está aquí para aprender a comportarse", concluyó.

miércoles, 18 de abril de 2018

Científicos encuentran en Sudán los restos de un planeta perdido







Los diamantes hallados dentro de un meteorito bautizado como Almahata Sitta podrían haberse formado hace al menos 4.550 millones de años.

Científicos de Suiza, Francia y Alemania concluyeron que un planeta perdido merodeó alguna vez por nuestro Sistema Solar, de acuerdo con un estudio publicado este martes por la revista Nature.

Según la investigación, los diamantes hallados dentro del meteorito –bautizado como Almahata Sitta– indican que lo más probable es que esas piedras preciosas se hayan formado en un proto-planeta hace al menos 4.550 millones de años.

El meteorito se estrelló en el desierto de Nubia, Sudán, en octubre de 2008. Los diamantes hallados en él contienen diminutos cristales, para cuya formación se habría requerido una gran presión, indicó Philippe Gillet, uno de los autores del estudio.

"Demostramos que esos grandes diamantes no pueden ser resultado de un choque, sino de un crecimiento que ocurrió dentro de un planeta", comentó Gillet desde Suiza, reporta la agencia AP.

El científico insinuó que el misterioso planeta pudo ser tan grande como Mercurio, e incluso como Marte.

Los especialistas consideran que en sus inicios el Sistema Solar tenía muchos planetas y algunos eran poco más que una masa de magma. Se piensa que uno de esos cuerpos celestes embrionarios, conocido como Theia, se estrelló contra la joven Tierra, y los restos arrojados por la colisión formaron la Luna, el satélite natural de nuestro planeta.

"Lo que decimos en el estudio es que tenemos en nuestro poder los restos de esa primera generación de planetas, que han desaparecido porque fueron destruidos o se incorporaron a otros mayores", explicó Gillet.

martes, 17 de abril de 2018

Un asteroide destructivo sorprende a los científicos



Es capaz de destruir una ciudad tuvo un acercamiento a la Tierra. El cuerpo rocoso, denominado 2018 GE3 pasó a una distancia equivalente a la mitad de la distancia entre la Tierra y la Luna.

Los astrónomos detectaron el asteroide tan solo horas antes de su acercamiento.

La roca espacial era unas cuantas veces mayor que el famoso meteorito de Chelíabinsk, que cayó en los alrededores de la ciudad rusa el 15 de febrero de 2013.


El 2018 GE3 pasó a unos 190.000 kilómetros de la Tierra, y de haber chocado con ella habría provocado daños a escala regional, según indican los especialistas.

Según las estimaciones, el diámetro del asteroide era de entre 48 y 110 metros, no obstante, al penetrar en la atmósfera terrestre, una parte de la roca se habría destruido, mientras que la parte restante habría alcanzado el propio planeta.

Muchos asteroides que se aproximan a la Tierra suelen desintegrarse en la atmósfera y explotar sobre los océanos. Sin embargo, los astrónomos destacan que el 2018 GE3 voló a una distancia más corta al planeta que objetos parecidos en los últimos 90 años.


lunes, 2 de abril de 2018

NASA looks into robot bees for Mars exploration



NASA could get buzzy on Mars as it funds research into building a swarm of Marsbees that could take flight on the Red Planet.

Robots modeled after Earth bees could one day zip across Mars.

The rocky landscape on Mars is hell on rover wheels, so NASA researchers are considering ways to explore the Red Planet by taking flight there instead. The space agency is looking into developing a swarm of robotic bees called Marsbees.

Each Marsbee would be about the size of a bumblebee, but with larger wings the size of a cicada's. The bees would launch from a mobile base that acts as a communications hub and recharging station. 

"Our preliminary numerical results suggest that a bumblebee with a cicada wing can generate sufficient lift to hover in the Martian atmosphere," writes Chang-kwon Kang, an aerospace engineer at the University of Alabama, Huntsville. 

Robo-bees

Walmart wants to make autonomous robotic bees a reality'Plan Bee' drone can pollinate flowers when real bees can't

Kang's team plans to work with a Japanese group that will build and test a robot designed specifically to operate on Mars. The researchers in Japan have already developed what they call a "hummingbird micro-air vehicle" that can fly here on Earth. They plan to test the hummingbird robot in a vacuum chamber to simulate Mars' atmosphere.

This concept art shows how Marsbees could work with a base station.

C. Kang

NASA announced a round of investments last Friday for 25 early-stage technology projects as part of its NASA Innovative Advanced Concepts program. Marsbees is one of those concepts, which also includes a balloon locomotion idea and self-assembling space telescope swarms

NASA says it's looking for technologies with "the potential to transform future human and robotic exploration missions." The Phase 1 award amounts to about $125,000 (£89,000, AU$163,000) over nine months and is aimed at refining the concept and studying its feasibility.

With human exploration of Mars a long way off, we rely on robotic surrogates to gather information about the Red Planet. NASA has had great success with its Mars rovers, particularly Curiosity and Opportunity, but they are limited in the amount of ground they can cover. That's where flying robots like the Marsbee could come in. NASA is already considering the idea of a drone-like robotic flying machinefor studying Saturn's moon Titan.

The Marsbees idea is still in the very early stages, but it's intriguing. The robotic bees could potentially explore parts of Mars a land-based rover could never reach. 


Chinese space station plunges into the ocean. No one hurt. No one there.

After much fanfare, the rogue Chinese space station, Tiangong 1, finally plunged through the Earth's atmosphere somewhere over the southern Pacific Ocean at 5:16 p.m. Pacific time on Sunday. It burst into flames and tiny pieces as it made its long-anticipated descent, the Joint Force Space Component Command said in a news release posted on Twitter.

It was an anticlimactic finale, as space agencies had warned of the falling space debris - about the size of a school bus - since China lost contact with it in September 2016. The element of suspense heightened in recent weeks, as international space officials maintained that there was no way to know exactly where the Tiangong 1 might strike, even as it hurtled closer and closer to Earth.

The attention paid to Tiangong 1, China's first space station in orbit, was largely due to its size - 19,000 pounds - and the nature of its uncontrolled descent, which isn't supposed to happen, as The Washington Post reported.

In the grand scheme of space debris, however, Tiangong, which means "Heavenly Palace," won't even crack the Top 10 of largest objects to reenter the atmosphere. Nor did it light up the sky for all to see, relegating it to a footnote in the world of space junk spectacles.

The reentry of space debris into Earth's atmosphere is a phenomenon that occurs dozens or even hundreds of times each year, according to data from Aerospace Corp.'s Center for Orbital and Reentry Debris Studies. There were just under 200 such events in 2017. Yet since most of the re-entries play out like Tiangong 1 and may involve much smaller pieces, only a select few events have caused a stir or over the last few decades.

In one of the more notable events, a woman was struck by a piece of space debris in Oklahoma in 1997 - the only known person in history to hold that distinction, according to Aerospace. The odds of it happening are infinitesimal, about 1 in 1 trillion, less than winning the Powerball jackpot and far less than being struck by lightning, according to Aerospace.

But one January morning, about 3:30 a.m., Lottie Williams was walking in a Tulsa, park with her friends when they saw what looked like a fireball falling out of the sky, as she described to Fox News in 2011. Then, she felt a tap on her shoulder. A charred, lightweight fragment of the U.S. Delta II booster had landed on her, so lightly that it didn't injure her. At first, she had thought it was a fragment of a shooting star.

"The weight was comparable to an empty soda can," she told Fox News. "It looked like a piece of fabric except when you tap it, it sounded metallic."

Larger pieces from that same reentry, such as a fuel tank, landed in Seguin, Tex., and Georgetown, Tex. - right in a farmer's front yard.

The largest re-entries ever recorded were the 286,000-pound Russian space station Mir in 2001, captured by CNN, and NASA's 154,000-pound Skylab, in 1979. America's first orbital space station ended up raining space junk all over Australia as it descended into pieces, prompting an apology from President Jimmy Carter. As a joke, a Western Australia park service official even fined NASA $400 for littering when officials visited Australia to survey the debris in desert areas, a NASA public affairs officer recounted in a 1979 Johnson Space Center newsletter.

In more recent years, a man hiking in northwest Colorado, near the Wyoming border, heard a strange sound and, a few minutes later, found an unusual object - a 30-inch sphere, still warm - resting in a freshly made crater about a foot deep. "When I walked up to it, I knew it had come from space," he told Colorado Public Radio. "There was a little crater, and this thing was sitting in there, and I looked down at it and looked up and thought, this thing had fell from the sky."

He called NORAD, which told him to call the local sheriff. Eventually, it landed in the hands of NASA, which finally identified it: The object was a spherical titanium tank from a Russian upper-stage rocket, launched in January 2011.

Such discoveries are likely to continue in the decades to come as the Earth's orbit only becomes more and more crowded with junk, much of it belonging to derelict satellites or rocket fragments that may have exploded or collided with other debris. According to the European Space Agency, over the past 60 years, more than 5,250 launches have resulted in about 42,000 tracked objects, the ones that measure a few inches. A total of 170 million fragments total, including all the tinier pieces, are orbiting around the Earth, according to ESA.

As The Washington Post's Rick Noack reported recently, the increase in space debris is steadily turning Earth's orbit into a hazardous wasteland, posing risks to both manned or unmanned vessels trying to navigate a potentially rocky path out of orbit. It's a problem that space agencies across the globe are only beginning to search

Gen. William Shelton, a commander with the U.S. Air Force Space Command, predicted in 2011 that Earth's orbit "may be a pretty tough neighborhood ... in the not-too-distant future."

So while few may have witnessed the fiery fall of the Tiangong 1 from space, surely, it won't be the last opportunity.

La estación espacial china se desintegra al entrar en la atmósfera terrestre





Algunos restos del aparato aún permanecen a la deriva.

Las autoridades chinas han anunciado que su estación espacial Tiangong-1, que estaba orbitando alrededor de la Tierra sin control, ha entrado en la atmósfera este lunes 2 de abril a las 00:15 UTC sobre el océano Pacífico austral.

La mayor parte de los restos de la estación se desintegraron en su entrada a la atmósfera, informa AP, citando a los especialistas. No obstante, algunos restos del aparato aún permanecen a la deriva.

Anteriormente, se informaba que el área de entrada de Tiangun-1 a la atmósfera terrestre iba a ser la costa brasileña en el Atlántico Sur, cerca de las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro, informa Reuters.

La primera estación espacial china, Tiangong-1 fue lanzada al espacio en 2011 y acogió a dos tripulaciones de astronautas en 2012 y 2013. Completó su servicio en 2016 y perdió contacto con el control de la misión china ese mismo año.

Los expertos alertan que la Tiangong-1 representa un peligro no solamente por la inminente caída de sus restos a la superficie terrestre, sino también por la posible dispersión de sustancias altamente tóxicas.

Según una reciente predicción del Centro de Estudios de Órbitas y Reingreso de Escombros de la corporación Aerospace (CORDS, por sus siglas en inglés), el laboratorio chino de 8 toneladas y media podría portar a bordo restos de un peligroso combustible denominado hidracina. Por este motivo, se recomienda no tocar los restos ni inhalar los vapores que puedan desprender los escombros de la Tiangong-1.

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El Misterio del Meteorito de Carancas by HERWARTH RONALD MORALES CHUMACERO is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en El Misterio del Meteorito de Carancas.